sábado, 21 de febrero de 2015

HUMOR Y SEMIÓTICA

 Cristina Alonso
Ex alumna Carrera de Letras

 Siempre que uno inicia una investigación se pregunta por el origen y los comienzos del tema a abordar. Así nosotros intentaremos bucear en la génesis del humor. Según Ernesto acher, el ex Le Luthiers, la del humorista es la "segunda profesión más vieja del mundo". Claro que los investigadores que se abocaron al estudio histórico del humor y lo rastrearon hasta la antigüedad más remota, quizás no advirtieron cuánto se parece a "la primera"… claro, porque esto de contar cuentos al principio uno lo hace por diversión, después lo hace con gente conocida y al final, uno decide que bien puede cobrar por este asunto. Tan antigua es, que los griegos llamaban HILARIO o HILARION, al que ríe, al de buen humor. Por su parte, Aristóteles sostenía que "el hombre es el único animal que ríe". También Rabelais dirá que "reír es lo propio del hombre". En diferentes tiempos, cada disciplina ha definido al hombre según la actividad específica de su campo de estudio. Así, se lo ha mencionado como animal económico, animal racional, animal religioso, lúdico, social, lingüístico, etc. Desde aquí, desde nuestra parcela de conocimiento, nos preocuparemos ahora por conocer al homo ridens, como elemento constitutivo de una realidad. Ahora bien, ese homo ridens ríe por varias razones. Por ejemplo ríe fisiológicamente (cuando le excitan zonas nerviosas de su anatomía, lo que llamamos cosquillas) y ríe también lingüísticamente. Hoy hablaremos de la risa lingüística. El homo ridens es un homo lingüístico, o mejor un homo ludens- lingüístico .En efecto, parece existir en el hombre una disposición natural para el juego, para la diversión. El hombre juega y se divierte de muchas maneras, y una de ellas es a través del lenguaje. De hecho, Ducrot habla de lengua como juego. Tenemos entonces que el homo ridens y el homo ludens son concomitantes con el homo lingüístico. Juego-Lenguaje-Risa conforman una unidad. Aun cuando el lenguaje no es la única vía mediante la cual el hombre juega y ríe, el lenguaje natural es uno de sus principales instrumentos. El chiste ocupa un lugar privilegiado en el mercado lingüístico. Al indagar sobre el humor nos hemos encontrado con que éste se manifiesta a través de un universo bastante variado. Se consigue en la pintura, en la escultura, en la poesía, en el lenguaje cotidiano, en la narrativa literaria, en el teatro, etc. Por otro lado, lo que podemos agrupar bajo el común denominador de humor, recibe variados nombres: risa, broma, ironía, chiste, chanza, etc. Este humor, además puede localizarse en los discursos orales, escritos o simplemente gestuales, cuando no en combinaciones. El humor como acto de lenguaje El humor como acto de lenguaje debe ser abordado lingüísticamente. Como dice Greimas, no debe buscársele una explicación mágica o simbólica,"ya que todo lo que es lingüístico posee una estructura lingüística idéntica y comparable y se manifiesta gracias al establecimiento de conexiones lingüísticas determinables y. en gran medida, determinadas. Para Umberto Eco, el objeto de la semiótica es el signo, y signo es "cualquier cosa que puede considerarse como sustituto significante de cualquier otra cosa". Este signo, es entonces, constructo, lo que refuta las teorías realistas que postulan una consubstanciación entre el referente natural y el signo. Dado que el signo es un constructo, entonces puede usarse para decir "mentiras", o para "hacer reír" o "inquietar". Ya que la semiótica se ocupa del signo, se ocupa del humor. Dado que el humor es signo, el humor es mentira. Así, tendíamos que estudiar la mentira para saber qué cosa es el humor. Con la afirmación del signo como mentira, Eco pretende "reventar" la "falacia referencial" de que el lenguaje está representando la realidad natural. El lenguaje, el signo, no hacen sino construir modelos de la realidad (de ahí la variedad de ideas sobre un mismo asunto). La verdad o la mentira conciernen a lo él llama una "teoría de los valores " o "una teoría de la referencia". Y puesto que el signo es un constructo, el humor también lo es. Lo que pasa en el fondo de este fenómeno es que coexisten distintos usos funcionales del signo. En términos generales, los signos no humorísticos validan su práctica con arreglo a las condiciones de verdad o mentira socialmente establecidas (referente social, no natural) y deben connotar verdad histórica. Eso es lo que lo diferencia de otros discursos. El humor nos exime de la "insana pasión por la verdad y nos sume en la experiencia del juego lingüístico, en el goce que nos proporciona decir mentiras a nuestro antojo". El significado del discurso humorístico "no nos es inaceptable porque sea incomprensible, sino porque si se aceptara supondría la reorganización de nuestras de comprensibilidad". ¿Por qué humor? El provocador payaso italiano Leo Bassi explicaba hace unos días a la prensa cómo entiende él su oficio y entre otras cosas decía, por un lado, que la comicidad hay que entenderla como un invento social para liberar los instintos que la sociedad obliga a reprimir y, por otro lado, que "el ser humano necesita el caos para después volver al orden." Esto tiene que ver con la concepción del famoso ingeniero neurocirujano Pedro J. Marijuán de la Universidad de Zaragoza que entiende la risa como medio extraordinario del cerebro para eliminar el desorden y los desajustes de información provocados principalmente por ser animales del lenguaje. Así tenemos en el mismo campo semántico: Risa: lo más puramente fisiológico Humor: parte más cognitiva del fenómeno Alegría: el componente emocional. Como sabemos, la palabra "humor", no siempre tuvo el significado que el lenguaje coloquial ha instaurado: tiene un origen médico desde la teoría de los humores. Según Escarpit, que hace una excelente pesquisa del término, éste ya se consignaba en la teoría de Hipócrates. Para este médico existían en el cuerpo humano cuatro humores fundamentales correlativos a los cuatro elementos: La bilis con el fuego (calor) La atrabilis con la tierra (frío) La sangre con el aire (seco) La pituita con el agua (húmedo) En 1590 y 1640, dice Escarpit, las polémicas se convirtieron en una especie de "comodín lingüístico". El diccionario no muerde… … Nos han dicho hasta el cansancio padres y maestros, por eso acudiremos a él. El Diccionario de la Real Academia Española define HUMOR como "jovialidad, agudeza". A su vez de la jovialidad dice: "alegría, apacibilidad del genio" y por agudeza entiende "perspicacia, viveza de ingenio". A su vez define el la perspicacia como "penetración de ingenio, entendimiento" y del ingenio dice "facultad para discurrir o inventar con prontitud y facilidad" Esto es, el humor es jovialidad y agudeza. Es un estado de ánimo que dispone para el juego, para la gracia. Humor – alegría – ingenio. La "alegría" producto del humor, puede estar en el destinatario y en el destinador a la vez, o sólo en uno de ellos. Motivo de otro análisis sería conocer la pragmática del chiste. El humor como "ingenio" está cerca del concepto de habilidad necesaria (competencia narrativa) para romper las reglas del juego y crear una situación inverosímil, humorística. Detengámonos ahora en el lexema CHISTE. El Diccionario de la Real Academia Española lo define como "dicho agudo y gracioso. Suceso gracioso y festivo. Burla. Chanza. Advertir el fin disimulado con que se dice o hace una cosa" De burla dice "acción, ademán o palabra con que se procura poner en ridículo a personas o cosas". Con respecto a chanza, interpreta "ocurrencia chistosa y oportuna". Y con respecto a gracioso concluye "chistoso, agudo, lleno de donaire y gracia". Limpiemos este lexema y los lexemas que lo definen en expansión y veamos los reenvíos esenciales: Chiste – gracia – festivo – dicho agudo- Si observamos, aunque el procedimiento parezca casuístico, veremos que ambos lexemas coinciden en sus semas consecutivos. Tanto en HUMOR como en CHISTE hay "festividad (alegría) y "dicho agudo". En el fondo, al analizarlo, el fenómeno es similar. Se trata de dar cuenta de un fenómeno lingüístico de características lúdicas (festivo – gracioso) que se manifiesta a través de una estructura específica (dicho agudo, ingenio). Este análisis sémico nos permite abordar a la conclusión de que es el chiste un formato específico del humor que sirve como ejemplo cotidiano del que podemos valernos en la escuela para enseñar a nuestros alumnos los iconos lúdicos del procedimiento aquí desarrollado.

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