jueves, 4 de noviembre de 2010

jueves, 1 de julio de 2010

Aguante

Aguante el 367!!!!!!

martes, 29 de junio de 2010

Gracias

GRACIAS AL 191
GRACIAS A LAS NUECES Y EL GATORADE
GRACIAS A LAS SARDINAS
GRACIAS A ROSARIO
GRACIAS A MARTINA
GRACIAS A MARIANA

miércoles, 2 de junio de 2010

sábado, 29 de mayo de 2010

El mejor trabajo

Descartamos el de "testeador" de termómetros rectales de J&J. Y cualquier trabajo para J&J.
Sí:
. Veterinario/proteccionista de animales.
. Paseador de perros
. Cronista de viajes
. Estrella internacional de rock
. Cuidador de la isla Galápagos
. Tester de calidad en fábrica de chocolate
. Ermitaño
. Guardaparque en Tierra del Fuego
. y ...

viernes, 28 de mayo de 2010

Entendí Lost




Ah. Ya entendí. El humo negro era Vincent que era el perro de Walt quien está muerto, o transmigrado, o vivo por ahí, o partido en cuatro realidades gracias a las propiedades electromagnéticas, electrocartesianas y electrocurativas de la isla que se hundió pero gracias a Faraday que anda de traje por la isla reflotó y se volvió a hundir con una bomba de hidrógeno que es tan fácil de andar consiguiendo por las islas. Y Jack está vivo en el limbo, muerto en la isla y casi ninguna de las dos cosas en la realidad... Y Ben era el villano más villano de los otros o de los otros otros y ahora es el perrito faldero de los oceanic y él se quedó en el limbo, o sea, en la isla con Hurley porque la luz brillante no hace nada pero hay que cuidarla igual y Desmond podría hacer el show de Tusam y comerse la lamparita porque es un chico eléctrico.
El que me diga que no es así, que me dé una explicación más coherente.
Guionistas de Lost LPQLP

miércoles, 26 de mayo de 2010

Purmamarca: los colores de la tierra


¿Qué ves cuando me ves?

Se imponen, lo abarcan todo, llenan los ojos. Los colores de Purmamarca, atrapados en la roca, parecen danzar en su quietud.

A 65 kilómetros de la capital jujeña, entre ríos y quebradas, late un pueblito de quince manzanas, con casas de adobe y calles que corren hasta abrazar el Cerro de los Siete Colores. Hay que perderse en esas calles para entender que el silencio deja oir voces de otros tiempos, voces ancestrales, voces prehispánicas que rondan la iglesia y el cementerio.

Este pueblo de la tierra virgen (significado de Purmamarca en aimara) nació en 1594 y con el tiempo irá rodenado una iglesia bella por su simplicidad, con muros de adobe y techo de cardón y torta de barro. Construida en 1648, la iglesia ve multiplicar las voces cuando el 30 de agosto el pueblo conmemora a santa Rosa de Lima, su patrona. La pueblan entonces los sonidos de SIKUS, erques y bombos. La visten, esos días, no solo sus pinturas cusqueñas del siglo XVIII, sino un festín de faldas de colores y rostros de celebración.

Estas fiestas aprendidas del colonizador español conviven con tradiciones heredadas de la tribu omaguaca. El ritual de la Pachamama, los carnavales y el culto a los muertos (celebrado en el cementerio) destierran la ajenidad, convocan a la fuerza de la tierra, invitan a los fantasmas de los que fueron despojados y brindan por la esperanza de los que aún perduran.

Rojos, marrones, ocres, terracotas, púrpuras. Los colores de Purmamarca desatan el sortilegio de ver, en íntima convivencia, el pasado y el presente. Habitan en las rocas, en los puestos de artesanías, en las vestimentas de sus habitantes.

Una presencia milenaria.

Cuenta una leyenda inca que la Pachamama, enojada por el olvido y la desidia de los hombres, secó los ríos y las lagunas y entonces la tierra se endureció. Urpila, una mujer desesperada por el hambre de sus hijos, prometió frente al altar de la diosa, enmienda y sacrificio. Débil y cansada quedó dormida y Pachamama, conmovida, le dijo en sueños que al despertar abrirá los brazos y recibirá las vainas de un árbol del que comerán sus hijos, y esas vainas calmarán el hambre y apagarán la sed de los hijos de sus hijos. Ese árbol era el algarrobo, que en tiempos de grandes sequías es el único alimento de los animales.

Cerca de la iglesia, inmutable y casi eterno, el Algarrobo Histórico testimonia la fuerza de la leyenda. tiene mil años y lo vio todo: vio a Viltipoco, jefe indígena, recibir con un vaso de chicha al primer evangelizador español; asistió a la asamblea de caciques y a la decisión de luchar contra los españoles; tembló su follaje cuando grupos armados al mando de Francisco de Algañaraz y Murquía apresaron a Viltipoco; brindó cobijo a las tropas de Belgrano.

En el año 2000, acaso como un símbolo, perdió varias de sus ramas. El excesivo tránsito vehicular, relacionado con el incremento del turismo, lo puso en riesgo de secarse.
Hoy la calle en la que está es peatonal y el algarrobo sigue en pie, como prometió Pachamama.

En busca del tiempo sagrado

El andar de los pobladores tiene la lentitud de quien anda la vida, no la corre. Y si se aprende a exorcizar las urgencias, el tiempo avanza más lento en Purmamarca. Y permite transitar mansamente los cerros. El de los siete colores, por ejemplo, un arco iris geológico con capas y capas de origen sedimentario.

El Paseo de los Colorados, a tres kilómetros del pueblo, se puede realizar en auto o, si se absorbió el tiempo sagrado, a pie. Son cuarenta minutos de comunión con la naturaleza, entre cerros arcillosos del color de Purmamarca, caminando la historia, escuchando esas voces de ayer que nos cuentan de un pasado que vive en el presente, voces que hablan desde el silencio, en un tiempo que es otro tiempo.



Opinión:
Un delicado equilibrio

Primero llegaron los incas, luego los españoles. Más tarde, turistas de todo el mundo, convocados por los atractivos de este lugar, nombrado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Hoy en día, alentados por el turismo, hoteles de cuatro y cinco estrellas conviven con las calles de barro y las casas de adobe. Maravilloso equilibrio pero que abre algunos interrogantes.

En un lugar donde el agua tiene un valor de supervivencia ¿Cómo inciden en la utilización de ese recurso las piscinas que los hoteles están construyendo? En un punto geográfico que cuenta con 415 habitantes censados(,) ¿qué ocurre con su infraestructura cuando se duplica esa cantidad en un día?

Sí, el futuro llegó hace rato. Y el Algarrobo Histórico todavía tiene mucho que ver y más voces extrañas que escuchar. Bienvenidos los hombres de buena voluntad que quieren caminar estas tierras. Pero antes de correr desesperados hacia lo que vendrá, hay que tomar conciencia sobre el delicado equilibrio que implica unir el pasado y el futuro. Para que el algarrobo viviera, hubo que acompañarlo en su resistencia. Construir puentes, sin destruir caminos, es el desafío.

Final de Lost


jueves, 20 de mayo de 2010

Belleza


El otoño es la mejor estación del año

martes, 13 de abril de 2010

Cerveza alemana… con tonada cordobesa.

“Sin lugar a dudas, la invención
más grande de la humanidad es
la cerveza. Oh, acepto que la
rueda también es una gran
invención, pero no combina con
la pizza”.
Mundo Cervecero

Siempre hay motivos para brindar.

Sí. Es Villa General Belgrano. El calendario indica que octubre es el tiempo de la Fiesta Nacional de la Cerveza. El rito sigue su curso en esta cálida primavera de 2007. Pero si cierra los ojos entenderá que esta fiesta guarda en sí muchas otras, de otros tiempos y de otros lugares. No abra los ojos. Cambie, por ejemplo, el escenario de las sierras cordobesas por colinas griegas y anfiteatros; convierta los trajes típicos alemanes en túnicas; brinde por Dioniso (Baco para los romanos) y entréguese a la embriaguez del alcohol.
Cuando abra los ojos, seguramente ya habrá entendido que la fiesta, ese quiebre con la rutina, nos hermana con los hombres de todos los tiempos. El rito gira y transmuta, cambia de siglos, de continentes, de colores, de idiomas, de sabor (el vino deviene en cerveza), pero no se detiene. Y lo invita a sumergirse en su húmedo y catártico ritual.

Rubias, negras y más.

Una multitud de celebrantes armados con sus correspondientes porrones se reúnen en el parque cervecero. Son las cinco de la tarde del siete de octubre. Es el momento señalado para dar comienzo a la ceremonia. Las miradas se depositan en unos viejos barriles de madera, objetos de adoración, que se ofrecen en sacrificio para brindar su contenido, que no es en este caso néctar y ambrosía, sino la cerveza nueva que compartirán lugareños y turistas en total confraternidad.
Un hombre vestido con un pantalón tirolés, a quien podríamos llamar despreocupadamente Otto, clava un martillo en el primer barril y da comienzo oficial a la fiesta. La cerveza se prodiga, baña a la multitud, llena vasos y porrones, se desparrama en una lluvia ámbar, salpica a los afortunados que están cerca. Esta tradición se denomina Espiche y, aunque su nombre sea porteño, viene del viejo continente. Los alemanes tomaban como buen augurio beber la cerveza de esos primeros barriles.

Estamos en el reino de las tradiciones. Un monje negro, en este caso una mujer de cabellera dorada, reparte migas de una trenza de pan que lleva como colgante y se destaca en su vestimenta negra. Compartir el pan también trae buena suerte.
Quizás una de las tradiciones más amable se realiza el primer día de festejos, antes del desfile. El pueblo se reúne para plantar el Maikranz o árbol de la fiesta. Según la tradición centroeuropea, cuando hay una celebración en un pueblo, en una aldea o en una casa, se convoca al lugar a todos los que quieran participar. ¿Cómo es la invitación? A través de un tronco vestido con ramas de pino y cintas de colores colocado en un punto bien alto para que todos puedan verlo.
No faltan tampoco los desfiles de colectividades y delegaciones de casi todo el mundo. Canciones alemanas, dinamarquesas, suecas, españolas, chilenas, etc. resuenan en las calles y llenan de colores La Villa.
A medida que las cervezas rubias, negras, rojas, de miel, etc., circulan por el torrente sanguíneo de los celebrantes, más se festeja a la divinidad, o sea, a la divina alegría. Se pierde, entonces, la noción de tiempo y lugar.
Condesas y duquesas desfilan por doquier, por lo tanto, no es extraño que se elija a la reina y a las princesas de la fiesta. En esta ocasión, la majestad del título recae en Ivana Molina Nebón, de Río Cuarto.
Sus súbditos invaden las calles de un pueblo con corazón alemán que sabe de festejos.

Munich en las sierras

Es fácil encontrar lo dionisíaco en la fiesta (en esta caso de la cerveza, también está la fiesta de la Masa Vienesa, del Chocolate Alpino, la Feria Navideña y el Carnaval Tirolés).
Lo apolíneo lo encontramos en un pueblo con canteros simétricos y cuidados, con casitas repetidas con techo a dos aguas de teja francesa y detalles de madera y piedra en su fachada. Parece una película de Walt Disney. Las plazas están impecables y hasta los carteles son piezas artesanales, en madera y con tipografía gótica alemana.
¿Qué anuncian esos carteles? Muchas veces, lugares donde saciar nuestra sed (sí, ya sabemos: ahorre agua, tome cerveza) y calmar nuestro hambre. La comida alemana es un festival para nuestros sentidos.
Se puede degustar el goulash con spätzle (guiso de carne en su salsa con ñoquis húngaros) o el Schalt-platte (variedad de carnes y salchichas ahumadas con abundante chucrut y puré de papas). Para los golosos, la infaltable Selva Negra y el clásico Apfelstrudel (arrollado de manzana de masa fina).
Cuando la fiesta termina, con el corazón y la panza llenos, podemos ir en paz. Ojalá que el próximo octubre llegue pronto.



De Pioneros e identidades.

“Triunfó mi fe, urbanicé un desierto”. La frase es de Carlos Gesell, pionero de Villa Gesell. Un pionero ve una ciudad donde sólo hay arena. Ve el pais de la infancia donde hay ríos y valles de otro continente.
Según nos cuenta la profesora Marta Freytes de Vilanova en ¡Aquí me quedo!, pioneros de Villa General Belgrano fueron Pablo Heintze y Jorge Kaphun. El primero recorría, en 1930, las tierras de Calamuchita con el objetivo de cruzar Sierras Chicas. Vio algo más que un paisaje bendecido por Dios, vio un hogar. Para él y para los desplazados por las crisis y las guerras. Y lo compartió con su vecino de oficina, alemán como él.
No les fue bien, como suele ocurrir con los sueños al principio. Sequías, heladas, plagas, crisis económicas, pusieron a prueba el temple de estos primeros hombres. Pero un pionero no es tal si renuncia a su sueño. Lo que los diferencia de la mayoría de los hombres (que no fundan, ni inventan, ni crean), es que, Quijotes obcecados, siguen viendo la ciudad donde hay árboles frutales que no crecen.
El sueño cambió de ropaje, pero siguió funcionando como Norte. De pueblo agrícola a polo de turismo escolar en 1937. De Paraje del Sauce a Villa Calamuchita primero, Villa General Belgrano después.
Lo que sigue es historia conocida. La llegada de los marineros del acorazado alemán Graf Spee, trasladados como internos a Córdoba tras el hundimiento del barco, consolidó la identidad del corazón centroeuropeo en tierra cordobesa.
Si estos náufragos buscaban Itaca, la encontraron en estas tierras y para sellar la identidad del lugar de su infancia, trajeron a sus familias, y, con ellas, su idioma, sus canciones de cuna, las comidas de la abuela.
Y como es una gran fortuna recuperar el territorio de nuestra niñez, llevarlo en el corazón y plantarlo en la tierra para que florezca, declararon al lugar como un lugar de fiesta.
Un paraíso para Homero Simpson si lo conociera. Un paraíso para los que quieran celebrar.
Brindemos por los pioneros. ¡A su salud!
Marcela Lacconi

Es una cuestión de elección

Elegir estar bien,
a ser feliz.
Ser invisible,
y estar y no estar
ser sombra
un simple rumor
agua que se deshace
entre las manos.
Sólo un nombre,
un vago rumor,
algo oído por ahí,
una indiferencia.

domingo, 28 de marzo de 2010

Si alguna vez fue así

Habrá que buscar,
no preguntar por qué
se fue el encanto.
Habrá que recuperar
lo que se fue.
En alguna parte ha de andar.
Si estuvo,
debe estar.
Volver a ser
lo que se era.
Cortar el hechizo
una buena venganza
por todos estos años.

Certeza

Y descubrió,
como una maldición,
que nada deja huellas,
que todos son inmunes
a ella.

domingo, 14 de marzo de 2010

It´s comming

Proximamente, en abril, Ivan Noble en ND Ateneo

sábado, 6 de marzo de 2010

Aviso clasificado


Compro entusiasmo para el lunes. Canjeo por apatía, que sobra.

Viento

Feliz cumple!! piscianito amoroso y desobediente

miércoles, 24 de febrero de 2010

El gran Sabina

Así estoy yo sin ti

Carta del subcomandante a Sabina

Don Sabina:

Yo sé que le parecerá extraño que le escriba, pero resulta que me duele la muela y, según acabo de leer, usted camina ahora por estas tierras que, mientras no acaben por venderlas también, siguen siendo mexicanas. Entonces pensé yo que, aprovechando que me duele la muela y que usted camina ahora bajo estos cielos, pudiera yo escribirle y saludarlo e invitarlo a echarse un "palomazo" con el Sup (a larga distancia, se entiende). ¿Qué dice usted? ¿Cómo? ¿Que qué tiene que ver el dolor de muelas con el "palomazo"? Bueno, tiene usted razón, debo explicarle entonces la muy extraña relación entre el dolor de muelas, el que usted camine por estas tierras, la larga distancia y una muchacha. No, no se sorprenda usted de que ahora haya aparecido una muchacha. Siempre aparece una, vos lo sabés Sabina.

Bien, resulta que cuando yo pasaba por esa etapa difícil en que uno descubre que ya no es más un niño y tampoco alcanza a ser un hombre (esa etapa, vos lo sabés Sabina, en que las féminas se transmutan de molestas a interesantes y hay que ver la de problemas que esto provoca), conocí a un viejo que, sin que se lo pidiera, decidió que tenía que darme un consejo sobre esos seres incomprensibles pero tan amables que eran, y son, las mujeres.

"Mira muchacho "me dijo", la vida de un hombre no es más que la búsqueda de una mujer. Fijate que digo `una mujer y no `cualquier mujer. Y por `una mujer, muchacho, me estoy refiriendo a una de `única. El problema está en que el hombre siempre queda con la duda de si la mujer que encontró, si es que encuentra alguna, es esa `una mujer que estaba buscando. Yo ya estoy viejo y he descubierto una fórmula infalible para saber si la mujer que uno encontró es la `una mujer que estaba uno buscando..." (...) El viejo carraspeó y me confió: "Si tu le dices a una mujer que te duele una muela y ella, en lugar de mandarte al dentista o darte un analgésico, te abraza y deja que recuestes la mejilla en sus pechos, entonces, muchacho, esa mujer es la `una mujer que andabas buscando...".

Yo me quedé perplejo, pero como quiera tomé nota de la fórmula. A mí nunca se me había ocurrido que debía pasarme la vida buscando una mujer (...). A mí se me ocurrían cosas más concretas y factibles, como ser bombero, conquistar el mundo o construir un avión que se controlara solo con el pensamiento. Respecto a las mujeres, yo me tenía en muy alta estima y estaba más propenso a que esa "una mujer" me encontrara a mí, que a buscarla yo.

(...) A mí ni se me ocurrió que la fórmula estuviera mal. Así que achaqué mis primeros fracasos a la falta de autenticidad en mi dolor de muelas. Con clips y palillos, después de una paciente labor de meses, logré picarme dos muelas con tanto éxito que tuve que acompañar la estrategia con una fuerte dosis de antibióticos. Repetí la fórmula, ahora con la confianza de saberme auténtico, y los resultados siguieron siendo magros.

Así hubiera seguido adelante, acabando con mis muelas, si no es porque, ya adolescente, encontré a otro viejo que, cruel, me dijo: "Tu problema está en la cara. Más bien en tu nariz. A los feos, las muchachas no les hacen caso, a menos que sean cantantes". "¿Cantantes?" Bueno, esta nueva fórmula les daría reposo a mis muelas (que por lo demás ya estaban definitivamente destrozadas)... Claro que el problema entonces era saber qué se necesitaba para ser cantante (...). Después, escuchando canciones, me di cuenta de que el problema era mayor, ya que una cosa era ser "cantante" y otra más difícil era ser "cantautor" o "canta-autor" (vos lo sabés Sabina). Entonces hice trampa, es decir, escribí algunos poemas (o como se llamara lo que escribía) y dejaba siempre pendiente la música.

(...)Resulta que (vos lo sabés, Sabina) hay ahora una muchacha que está demasiado lejos y entonces pensé que usted, Don Sabina, podría echarme una mano y una tonadita (mire que no es lo mismo pero pudiera ser igual). Y usted podría echarme una mano si me permitiera tutearlo y, cómplice como ha sido antes sin saberlo, fingiera usted que nos conocemos desde hace mucho tiempo y que, por tanto, es perfectamente natural que usted reciba una carta del Sup redactada en los siguientes términos: "Sabina (sí, ya sé que te desconcierta este inicial e irreverente tuteo, pero tú compórtate como si tal cosa): He trabajado arduamente en los últimos días en la letra que me encargaste para tu nueva canción (~Vamos, quita ya esa cara de espanto! Ya sé que no me has encargado ninguna letra para ninguna canción, pero sígueme la corriente para despistar al enemigo) pero ha sido inútil. No me sale nada original.

Así las cosas, busqué en el cofre del pirata y solo encontré un viejo y mohoso poema, que no es tan viejo y tal vez ni a poema llegue, que te puede servir si le das un poco de aliño. Es ideal para ponerle música y escalar con velocidad el "hit parade" internacional (no me preguntes si para arriba o para abajo), pero tú ya sabes que a nosotros los artistas (sigue fingiendo demencia, no denotes la menor sorpresa) no nos importa la fama (bueno, no mucho).

En este caso particular, a mí solo me interesa una muchacha que está demasiado lejos para que pueda yo musitarle al oído este poema y arrancarle así, vos lo sabés Sabina, una sonrisa o una lágrima (...). El poema dice, más o menos, así: "Como si llegaran a buen puerto/ mis ansias,/ como si hubiera donde/ hacerse fuerte,/ como si hubiera por fin/ destino para mis pasos,/ como si encontrara/ mi verdad primera,/ como traerse al hoy/ cada mañana,/ como un suspiro/ profundo y quedo,/ como un dolor de muelas/ aliviado,/ como lo imposible/ por fin hecho,/ como si alguien/ de veras me quisiera,/ como si, al fin,/ un buen poema me saliera./ Llegar a ti." La tonadita puede ir más o menos así: tara-tarara-tararira-etcétera, vos lo sabés Sabina. El título de la canción podría ser "Canción para una muchacha que está demasiado lejos", o "Un dolor de muelas para ella", o "Un dolor de muelas, Sabina, la larga distancia, una muchacha y el Sup". En fin, ya se te ocurrirá algo. El crédito puede ser "Letra: el Sup. Música: Joaquín Sabina", o "Letra y música: Joaquín Sabina (a petición del Sup)" o como quieras.

Vale. Salud y ojalá ella entienda.

El Sup." Esa podría ser la carta que usted recibiera y aceptara, Don Sabina.

Y todo esto viene a cuento porque estaba yo solo, con mi dolor de muela y leyendo que usted camina por estas tierras. Entonces pensaba yo que usted, tal vez, estaría de buen humor y magnánimo y que podría contarle yo la historia de los dolores de muelas, mi frustrada carrera como cantautor y una muchacha que está demasiado lejos (...).

Vale. Salud y ya sabe usted, si le sobran por ahí un analgésico o una tonadita, no dude en mandármelos. Ambas cosas se agradecen en este asfixiado pecho que le escribe...

Desde las montañas del sureste mexicano.

México, octubre de 1996

viernes, 12 de febrero de 2010

martes, 12 de enero de 2010

El tiempo que pasa

El slide salió mal

Tengo millones de fotos.
Las mejores no se pueden poner porque a la mayoría de mis amigos no les gusta estar en el ciberespacio (pero este blog lo conoce poquísima gente!!)
Las fotos que quería no están, lugares que quería no están.
Uruguay
Brasil- Floripa
Mendoza
Colombia: Santa Marta, San Andrés, Cartagena
Miami - Disney
Europa de mochileros
Brasil Bombinhas
Buzios Rio
Brasil Bombinhas
Brasil Bombinhas
Europa (segunda vuelta)
Brasil Bombinhas
New York
Punta Cana
Bahía Porto Seguro
Costa argentina
Colonia
Concordia
Usuhaia
Barilo

No son las fotos pero algunas están solo por una razón: un recuerdo.
Llegar a Venecia y encontrarse mágicamente con el carnaval. Maravillosa casualidad. Algo que hay que ver. Millones de personas. La vuelta. Rumbo al tren se mueve demasiada gente. Imagino un viaje terrible hasta Milan. Milagrosamente compartimento vacío. Mis amigos son sociables, yo no. Me abrazo fuerte a la campera de mi amigo Marcelo para que no suba nadie más. Los pasajeros siguen de largo. Viajes íntimo y confortable.
Vacaciones con amigos